La baja en el PIB regional, que ha sido tema de discusión durante la última semana, ha dado lugar a una serie de hipótesis sobre sus causas; las cuales han puesto el acento en proyectos de Ley que aún no entran en vigencia, en reconocimiento de derechos de pueblos originarios que fueron rechazados e, inclusive, en supuestas trabas o dificultades para la inversión regional.
Ahora, concordando con lo expuesto por el Seremi de Economía de Aysén, hemos advertido que la referida baja en el PIB Regional efectivamente se encuentra fuertemente explicada por una baja en la producción acuícola. Actividad que, lejos de verse afectada por factores externos, actualmente está sintiendo los efectos de sus propias ilegalidades e incumplimientos ambientales. Lamentablemente, dichas ilegalidades no solo se traducen en efectos económicos para las empresas, sino que, como comienza a ser evidente, en impactos a las cifras económicas regionales; ello, producto de nuestra escasa diversificación productiva e impulso de actividades verdaderamente sustentables.
Por ejemplo podemos olvidar que, luego de la autodenuncia por sobreproducción realizada por los actuales propietarios de Australis Mar, dicha empresa ha debido reducir en cerca de un 50% la producción de sus centros de cultivo. Baja en la producción que, ciertamente, en algún momento habría de comenzar a impactar las cifras económicas de las zonas en que opera.
Asimismo, no podemos perder de vista que en los últimos meses, en dos oportunidades, la Superintendencia del Medio Ambiente ha advertido a más de 200 Centros de Cultivo de Salmónidos que se encontrarían cercanos a entrar en sobreproducción. Notificación que, en muchos casos, habrá de traducirse en la activación de Planes de Contingencia y Cosecha anticipada; esto es, en salmones de menor tamaño, peso y, por tanto, una menor producción final. Ello, sin contar las decenas de procedimientos sancionatorios iniciados por la autoridad ambiental por sobreproducción de Centros de Cultivo de Salmónidos, que igualmente se han traducido en compromisos que implican reducir la producción de los centros.
Por último, no podemos dejar de lado que, según los anuales Informes Ambientales de la Acuicultura, la Región de Aysén es la que presenta el mayor deterioro ambiental y sanitario entre las regiones en que se desarrolla la actividad: Lo que queda en evidencia en las cada vez más frecuentes Floraciones Algales Nocivas e, inclusive, brotes de Virus ISA, entre otros efectos. Pues bien, dicho estado sanitario, muchas veces deriva en la activación de Planes de Contingencia y Cosecha anticipada, afectando la producción final por cada centro de cultivo.
En fin, todo ello evidencia que requerimos con urgencia dejar de poner todos los huevitos en la canasta de la Salmonicultura, para que no sea la región la que en definitiva termine pagando la factura de sus ilegalidades e incumplimientos ambientales. Necesitamos diversificación productiva, con énfasis en actividades sustentables y que aporten al desarrollo económico local.